martes, 25 de enero de 2011

... E HIROSHIMA Y NAGASAKI, QUE NO PAREN DE DOBLAR LAS CAMPANAS


El 7 de Diciembre de 1941, la Armada Imperial japonesa, atacaba por sorpresa Pearl Harbor. El resultado de aquella acción fue el hundimiento de 13 buques de guerra, la destrucción de 188 aeronaves, la muerte de 2471 personas, y la declaración de guerra de Estados Unidos contra Japón. Con una torpeza digna del ex ministro de exteriores alemán durante la Primera Guerra Mundial, Arthur Zimmermann, cuatro días después, Adolf Hitler declaraba la guerra a los norteamericanos, buscando que el gobierno japonés accediese a sus peticiones sobre crear un segundo frente ruso. Casi cuatro años después, tras los bombardeos de Hiroshima y Nagasaki, con una lista de víctimas incontable, el emperador Hirohito, anunciaba la rendición de Japón y el final de la Guerra del Pacífico.
La Segunda Guerra Mundial llegaba a su fin en el último de sus frentes abiertos, donde no faltaron españoles que representaran un papel reseñable en dicho capítulo.
Días después del bombardeo de Pearl Harbor, las tropas japonesas desembarcaban en Tailandia, Malasia, y otra serie de países entre los que estaba Filipinas. Siendo como había sido colonia española hasta hacía poco, contaba con una importante colonia de ellos, a los que Franco les comunicó através de la prensa que debían colaborar con el ejército japonés, sin que estos le hicieran excesivo caso. Junto a los filipinos, no tardaron en organizar una suerte de resistencia que informaba a los norteamericanos de los movimientos del ejército japonés. Algunos como María Zaracondegui, imitando a sus compatriotas que cruzaban los pirineos, hacían de transporte en bicicleta, llevando salitre para la construcción de bombas. Junto a Augusto de Nóbregas, destacar a Higinio Uriarte, que desechando una vida acomodada, paso a ser miembro de la guerrilla, y acabo siendo el enlace entre la resistencia y el cuartel general de MacCarthur.
Otro español vinculado al controvertido General McCarthur fue, Andrés Soriano y Roxas. Fundador de la compañía de Cervezas San Miguel, y hombre más rico de Filipinas, se vió obligado a abandonar Manila, y acabó integrando el ejército americano como oficial de artillería. Ganador de la Estrella de plata por dos veces, paso a ser miembro del Estado Mayor de McCarthur pese a las reticencias de algunos de sus miembros que dudaban de él. Sin embargo, el general, siempre tuvo total confianza sobre Andrés, el cual le acompañó el resto del conflicto.
Días antes de la invasión de la isla de Guadalcanal, los escuchas japoneses pudieron captar un mensaje entre las tropas del ejército de los Estado Unidos, "Egon arretaz egunari". Por muchas vueltas que le dieran, jamás podían llegar a pensar que la clave que escondía dicho mensaje, no existía, simplemente era la frase "Atentos al día X", en euskera. El padre de la idea de usar el vasco para enviar mensajes sin codificar fue del hijo de españoles, Frank D. Carranza. Oficial de la marina, se dio cuenta de que entre sus compañeros había cerca de sesenta marines de origen vasco que hablaban esa lengua con fluidez, y sugirió la posibilidad de usarla al igual que el navajo, el iroqués y el comanche. La propuesta fue aceptada, y descendientes de españoles como los tenientes Nemesio Aguirre, Fernández Bakaikoa y Juanna, comenzaron a transmitir mensajes los lunes y los viernes, mientras que el martes y el domingo se usaba el navajo, el miércoles el iroqués, el Jueves el comanche, y el Sábado se recurría a todos aleatoriamente.
Frank D. Carranza, el padre de la idea, estuvo también en el frente europeo, y llegó a participar en la toma de Hendaya por las tropas aliadas, donde al fin pudo usar el euskera que le enseñaron sus padres, como es debido.
En ese apartado de los héroes casuales de la historia, en este caso cabe destacar a Leoncio Peña, un combatiente comunista del bando republicano en la Guerra Civil española, que de la manera más inverosímil acabó participando en la Segunda Guerra Mundial, como soldado del ejército de los Estados Unidos.
Tras la caída de Cataluña, Leoncio, cruzó la frontera con Francia, y acabó, como la mayoría de los españoles que lo hicieron, en un campo de concentración. En 1939 consiguió viajar a la República Dominicana, donde el recibimiento del gobierno, no fue mucho mejor que el del francés. Un año después, el partido comunista español, le ordenó regresar a España para llevar a cabo acciones clandestinas. Tras pasar por Cuba, Peña, llegó a Estados Unidos. Desde allí pretendía llegar a Portugal, pero tras varios intentos fallidos, tuvo que empezar a trabajar en aquel país. Sea como fuera, acabo alistado en el ejército norteamericano, y tras el periodo de adiestramiento viajó junto a sus compañeros del 307º Regimiento de la 77ª División de Infantería, rumbo a Hawai. En Julio de 1944 participó en el desembarco de Guam, en Diciembre en la toma de Leyte, y finalmente, Leoncio, herido en combate, fue ascendido a Sargento. En Marzo de 1945, durante la campaña de Okimawa, tras librarse del ataque de los kamikazes japoneses, estuvo presente en la toma de la isla de Shima donde volvió a ser herido. Tras la rendición de Japón, pasó un tiempo destinado en la isla de Hokkaido, donde seguro que pudo repasar su historial de condecoraciones, que iban desde el Corazón Púrpura, el Racimo de hojas de Roble, y la Estrella de Bronce.

domingo, 23 de enero de 2011

PARÍS BIEN VALE UNA MISA...

El 24 de agosto de 1944, mientras el jefe francés de la 9ª Compañía de la 2ª División Blindada, Raymond Dronne, exigía al General Dietrich von Choltitz la rendición, los parisinos que salían a la calle cantando la Marsellesa,se sorprendían al descubrir que sus liberadores, aquellos que habían acabado con la última resistencia alemana, eran españoles.
Dos día después, cuando el General Charles De Gaulle desfilaba en París celebrando la liberación de la ciudad del dominio alemán, era escoltado por la 9ª Compañía, la División Leclerc, también conocida como "la española" ya que prácticamente todos sus miembros compartían esa nacionalidad. En los costados de las tanquetas, se podían leer nombres como "Brunete", "Teruel", "Guernica" o "Don Quinchotte", y pintada en su blindaje se podía ver la misma bandera que ondeaban orgullosos los soldados que iban en ellas, la de la Segunda República Española. Todos sus integrantes habían luchado en Túnez, Egipto o Libia, y tras esperar en Inglaterra, entraron en Francia por Normandía. Se enfrentaron a la "Wehrmacht" en Rennes y Le Mans, pero no dieron verdadera muestra de su pericia hasta hacerlo en Eccouché donde capturaron a 130 prisioneros alemanes, pero a punto estuvieron de no llegar a sentir el calor de los parisinos al ser liberados, ya que tuvieron que resistir durante tres días el ataque de cinco divisiones alemanas, hasta que, el General Montgomery, al mando del II ejército británico pudo prestarles su apoyo. En Eccouché, ya que muchos de sus miembros, antiguos anticlericales, se habían convertido al catolicismo, celebraron una misa por los caídos en esos días.
Después de liberar la capital de Francia, la guerra, que aún tardaría casi un año en llegar a su fín, les permitió capturar a 300 soldados alemanes más en Andelot y participar en la "controvertida" toma del mismísimo "Nido de Águilas" del Führer, donde seguro que alguno de los supervivientes al crudo invierno alemán, pudo brindar con el vino de Hitler por la Tercera República.
"La novena" es un ejemplo de la participación menos conocida de los españoles en la Segunda Guerra Mundial, ya que el protagonismo suele ser monopolio de la "División Azul".
Con el pretexto de que España no luchaba contra los aliados en la guerra, pero sí contra el comunismo, Francisco Franco, creó una división de voluntarios, al iniciarse la invasión alemana de la URSS, con el propósito de que, quienes lo desearan, ayudaran a frenar a la amenaza roja. Un total de 18000 voluntarios, que el 20 de Agosto de 1941, juraron lealtad a Hitler, para luchar contra el comunismo, y fueron enviados al frente ruso, con uniformes de la Wehrmacht, pero al mando del general Agustín Muñoz Grandes. El Nombre de la división se debe a la negativa por parte de los falangistas de sustituir sus habituales camisas azules, por las del ejército alemán, lo que acabó influyendo en que otros voluntarios, como los aviadores de la 15. Spanische Staffelp, que combatieron integrados en la Luftwaffe en el mismo frente, y que estuvieron a las órdenes de un viejo conocido, el antiguo jefe de la Legión Cóndor, Wolfram von Richthofen, hayan pasado a la historia como "La Escuadrilla Azul".
Desde su llegada a Leningrado, las numerosas bajas tanto por muertos como por heridos de la División Azul, hicieron que los españoles que fueran enviados al frente en sustitución de estos alcanzaran la cifra de 46000 voluntarios, hasta el 10 de Octubre de 1943, cuando Franco, tras la derrota de Stalingrado, ordenó una repatriación escalonada para los supervivientes.
Mientras tanto, en el lado vencedor, en otro ejemplo de la parte menos conocida de la participación española en la Segunda Guerra Mundial, aquellos niños y adultos exiliados de la Guerra Civil en la URSS, y supervivientes del sitio de Leningrado, celebraban tanto la victoria, como el seguir vivos. Fueron voluntarios como sus compatriotas del bando contrario, y se alistaron para vencer a Hitler y el nazismo. Al principio, su ofrecimiento, fue desestimado porque Stalin consideraba más valiosa su participación en el triunfo del socialismo en España, que su papel en aquella guerra. Pero su persistencia hizo que fueran aceptados en 1941. En Leningrado los voluntarios españoles colaboraron cavando trincheras y construyendo defensas que resultaron decisivos en provocar el sitio por parte de los alemanes y facilitar la resistencia del ejército rojo. Un sitio que duró 28 meses, con la escalofriante cifra de 10000 personas fallecidas diariamente de hambre, y un abrumadora cifra total de un millón de victimas solo de inanición. Cuando se suman los muertos durante el asalto a la ciudad, a las bajas soviéticas se suman más de un millón de personas más, entre ellos Rubén Ruiz Ubárruri el hijo de la Pasionaria, el primer español en ser nombrado Héroe de la Unión Soviética. El ejército Alemán, por su parte sufrió la no menos grotesca pérdida de 800000 personas.
Entre los anónimos héroes de esta contienda esta la 4ª Compañía del Primer Regimiento de Tiradores, formado íntegramente por 125 españoles, que defendieron el Kremlin, la Plaza Roja y sus proximidades. En una nueva demostración de que la Guerra Civil Española no quería llegar a su fin, en Moscú, los primeros 16 pilotos españoles adiestrados por el ejército ruso, se enfrentaban a esa Luftwaffe, en la que se encontraban los miembros de la Escuadrilla Azul. Sin saberlo, es posible que algunos españoles más, hubieran dado en acabar mutuamente con sus vidas.
Sea así o no, lo cierto es que el papel en la Segunda Guerra mundial de algunos de los miembros de la División Azul, no acabo en tierras rusas.
Cerca de 3000 de los supervivientes, al mando del Coronel Antonio García Navarro, constituyeron la "Legión Azul", que negándose a regresar a España, tuvo un papel principal en la retirada del ejército alemán, por lo que Navarro y algunos de sus legionarios recibieron la Cruz de Hierro.
La historia de la "participación" de España en el conflicto, acaba el 11 de Febrero de 1944, cuando Franco ordena disolver la Legión, y se ratifica 19 días después, cuando se advirtió a quienes prestasen ayuda a gobiernos en guerra, con la perdida de la nacionalidad. Aún así, muchos de aquellos legionarios prefirieron ignorar la amenaza, y siguieron luchando junto a los alemanes, e incluso algunos de ellos estuvieron presentes en la defensa de Berlín.
Hay otros mucho héroes españoles a lo largo del conflicto, lucharon en Noruega, en la defensa de ese gran invento llamado la Línea Maginot, facilitaron la retirada del ejército inglés de Francia, también en la posterior contraofensiva rusa, y en la toma de Berlín, y merecerían una mayor descripción, pero sirva esta mención para todos y cada uno de ellos. Querría hacer hincapié en la participación española en la popular resistencia francesa, tanto en suelo francés, como en su papel de guías que transportaban material, información o personas a través de los pirineos. Entre ellos destaca Francisco Ponzán, profesor de literatura que, hasta su fusilamiento el 17 de agosto de 1944, salvó la vida a más de 1500 personas.
En cuanto a mis preferencias, para quién haya leído mis otras entradas, es evidente la debilidad que siento por las iniciativas individuales, y esta vez no iba a ser menos. En este caso mi espía preferido, es Juan Pujol "Garbo", uno de esos personajes maravillosos que de vez en cuando surgen en este país.
También podría hablar de la "Red Álava", un grupo de espías que el Gobierno Vasco en el exilio, ofreció al FBI y a la OSS (la antigua CIA), y que estos no dudaron en aceptar, dado su grado de efectividad. O podría perder mi tiempo en escribir sobre la "Red Tô", creada por el James Bond español, Ángel Alcázar de Velasco, por encargo de Franco, a petición del gobierno Japonés. Que a los americanos les llevo casi tanto descubrir como aprender su nombre, y que ni llegaron a considerar un peligro por su pésimo funcionamiento.
Pero nadie en este conflicto llego a tanto como lo hizo "Garbo". Joan Pujol García, nació en Barcelona, y junto a su esposa, Araceli González Carballo, nacida en Lugo, se convirtió en la única persona condecorada con la Cruz de Hierro, en ser nombrado Miembro del Imperio Británico, y alcanzar el máximo grado como espía en ambas organizaciones. El cómo lo logró "Arabel", nombre en clave que recibía de los alemanes, es una de esas historias que bien podría firmar Rafael Azcona y Luis García Berlanga, o hasta el mismísimo Francisco Ibáñez.
Joan Pujol, que sentía igual desprecio por el III Reich, que por la Unión Soviética, después de la Guerra Civil, decidió colaborar con los británicos para acabar con la guerra. Fue su mujer, Araceli, la que se puso en contacto con los ingleses, que rechazaron su proposición. Tras el revés, se puso en contacto con los alemanes, que si estuvieron de acuerdo con su propuesta de trabajar como doble espía para ellos. Y así creó una red de espías falsa, y comenzó a ganarse la confianza de estos. Vigilado por el MI5,si que este lo supiera, se puso en contacto con ellos para proponerles de nuevo la colaboración. Esta vez a los británicos si les pareció interesante, y dio comienzo uno de los mayores disparates de la inteligencia alemana.
Fingía estar en Inglaterra, cuando en realidad estaba en Portugal, y las exhaustivas tareas de espionaje que llevaba a cabo eran visitar bibliotecas y ver noticiarios de cine. Al parecer, a los alemanes todo aquello les debía parecer de lo más interesante, ya que pagaban generosamente los gastos de viaje por toda Gran Bretaña que llevaba a cabo "Arabel", que recurría a una guía de ferrocarriles, para saber el precio de los billetes.
Finalmente no le quedó más remedio que viajar a Londres. Allí amplió su red de agentes ficticios hasta llegar a 22, por lo cual el gobierno alemán le pagaba grandes sumas de dinero para su mantenimiento. Lo complicado era "coordinar a tantos agentes", sin que un conflicto entre las informaciones restara credibilidad a la red de espías. En una ocasión, ante las dudas expresadas por la inteligencia alemana sobre el retraso en una comunicación sobre un movimiento naval, les informó de la repentina enfermedad de su agente en Liverpool, que no pudo informar sobre ello. Para dar mayor credibilidad al asunto, informó de la muerte del agente, y hasta publicó una esquela en el periódico, tras lo cual la Abwehr, le concedió una pensión a la viuda.
Los mensajes que el servicio de inteligencia británico, ordenaba a "Garbo" que filtrara a los alemanes eran una mezcla de invenciones y realidad, en cuyo caso se retrasaba la comunicación para que los perjuicios no fueran demasiado grandes, o cambiando el matasellos por uno anterior, y así culpar al servicio de correos de la tardanza.
El trabajo de desinformación de "Garbo", formaba parte de la Operación Fortitude, que convenció a Hitler de que la invasión aliada sería en Calais y no en Normandía. Era tal la confianza en sus informaciones que Hitler, hasta que fue demasiado tarde, pensó que el primer ataque era solo una distracción.
Los británicos eligieron el nombre de "Garbo" por la actriz, pero viendo la facilidad con la que los alemanes se prestaron al engaño del espía,cualquiera diría que creyeran que era la mismísma estrella sueca.

martes, 18 de enero de 2011

LEYENDAS URBANAS

Hay quien todavía afirma que, Catalina II de Rusia, que al parecer era inigualable en temas de fogosidad, murió al ser penetrada por un caballo. La cosa no es para menos, pero no falta quién a la vista de las capacidades sexuales de la zarina, busca una explicación lógica a su muerte: no fue por el desmesurado tamaño del miembro del equino, se debió a que al cubrirla, se ve que el pobre animal perdió pie, y aplastó a la viciosa de Catalina. El semental, acostumbrado a cuerpos de su especie, no supo hacerse al tamaño de su amante.
Ciertamente, Catalina la Grande, fue una mujer que tuvo un buen número de aventuras, más jóvenes que ella y seguramente bien dotados, pero en realidad su necesidad de ser empalada es solo fruto de las vengativas mentes de sus detractores, que buscaron manchar su imagen inventando esta leyenda sobre ella. Hoy en día tenemos una más que numerosa colección de leyendas urbanas, que en más de una ocasión seguro que más de uno ha creído. Las hay con respecto al primer viaje a la luna tanto para negarlo como para concederle todo tipo de descubrimientos, otras se refieren a un pobre submarinista atrapado por un hidroavión mientras buceaba en un lago, está el famoso tronco del Brasil y sus arañas mortales, el del experimento ultra secreto en el que se ha conseguido una criatura con el cuerpo de un gorila y la mente de un ser humano, las del disolvente universal llamado Coca-Cola, la del viajero juguetón que se despierta en su hotel sin algún órgano o con una nota que le anuncia que tiene el sida, y la clásica por antonomasia, la chica de la curva.
Hay casos como el del crono nauta, Rudolf Fent, un neoyorkino desaparecido en 1876 que "no volvió" a ser visto hasta 1950. Al parecer, Fent, un hombre con inquietudes culturales salía de un museo desconcertado y en su dubitativo y atolondrado caminar, no vio venir al coche que acabó atropellándolo. Hubert Rihn, de la oficina de desaparecidos de Nueva York, buscó en listines telefónicos, seguros médicos y entrevistó a emigrantes europeos, sin éxito. Nadie conocía a ese hombre. Cuando ya estaba a punto de cerrar el caso, dio con el nombre de Rudol Fent Jr, en un listín de 1939. En la dirección vivía la viuda del pobre Junior, que murió sin conocer la suerte de su padre. El agente, después de mucho pensar, dio al fin en consultar la lista de desaparecidos de 1876, y... ahí estaba. Con una descripción exacta tanto en la edad, como en el aspecto, al día que fue atropellado 74 años "después".
La cosa fue muy popular durante años en España, y más de un "investigador de lo paranormal", llenó páginas y horas de radio a cuenta del caso... incluso cuando ya era público y notorio que era un fraude tan grande como "el arma utilizada para matar a Catalina II". Pero el caso de Rudolf Fent, no es el único que trata de de deplazamientos en el espacio y el tiempo, ya que son un tema recurrente, pero me gustaría destacar el de el franquiciado John Titor.
En Enero de 2001, el viajero en el tiempo, TimeTravel_0, empezó a usar el nombre de John Titor, para poder continuar sus mensajes, anunciando el futuro de la humanidad, a través de nuevos foros en internet. TimeTravel_0, había comenzado sus peripecias por el ciberespacio dando respuestas a la posibilidad de los viajes en el tiempo, hasta que en un momento dado decidió presentarse al mundo como un soldado estadounidense del 2036, que fue enviado al año 1975 para conseguir un ordenador “IBM 5100”, con el propósito de editar en “su presente”, programas antiguos.
Titor, que al parecer decidió hacer una parada en el año 2000 para visitar a la familia, anunció una Guerra Civil en los Estados Unidos que tendría como punto de partida las elecciones de 2004, una Guerra Mundial en 2015, la destrucción del Imperio Americano Federal - surgido tras la separación del gigante americano en cinco territorios -, de la Unión Europea y China, y que la nueva capital del bando vencedor estaría en Omaha, Nebraska.
John Titor también predijo el final de los juegos Olímpicos. Cuando se celebraron los de invierno de 2006, desde la “Fundación John Titor”, se aclaró que podía referirse a los de verano. Cuando se inauguraron los de China en 2008, desde la misma fundación se tuvo claro que esos Juegos fueron un fraude, ya que la cantante en la inauguración recurrió al playback, y los fuegos artificiales de la misma fueron simulados por ordenador.
Larry Haber, un abogado y dueño de todos los derechos comerciales del nombre “John Titor”, y su hermano, John Rick Haber, un experto en computadoras, seguro que siguen creyendo, al pie de la letra la historia y las predicciones de TimeTravel_0. Al fin y al cabo, desde que en Marzo de 2001, este dejara de participar en foros de internet, supuestamente regresando a nuestro futuro, la vaca ha seguido dando leche: horas de radio y televisión, libros, una producción cinematográfica, distintas referencias en comics y una obra de teatro, son la evidencia de la pasión del ser humano por creer en aquello que no puede entender, por muy ridículo que suene.
La definición de leyenda urbana es muy reciente, hace miles de años se les llamaba leyendas o mitos, e incluso llegaban a propiciar eso que han terminado por ser las religiones.
El Poema de Gilgamesh es una narración mesopotámica, originada por poemas y leyendas sobre el legendario héroe-rey, considerada como la narración escrita más antigua de la historia.
El poema narra cómo los ciudadanos de Uruk, piden a los dioses que les ayuden a librarse del tirano que ,por si no fuera bastante, se empeña en acostarse con sus mujeres antes que ellos, y envían a Enkidu, un hombre semi salvaje para que luche con el semi dios. Con lo que no contaban los dioses es que Gilgamesh recurriera a Shamhat, una prostituta sagrada, para que "civilizara" a Endiku. Los dos amantes deciden casarse y viajan hasta Uruk para poder hacerlo. El rey, como no, exige su derecho de pernada, y se monta la de dios. La pelea acaba en empate, y los dos héroes deciden que es mejor ser amigos, tras lo cual, después de cumplir con las mínimas normas cívicas, Gilgamesh, convence a su amigo para ir al bosque en busca de aventuras. El viaje tiene como final la muerte de Endiku, castigado por los dioses, y el rey decide visitar a Utnapishtim y a su esposa, los únicos seres humanos que sobrevivieron a "la gran inundación", en busca de la inmortalidad.
Tras numerosas aventuras, Gilgamesh, llega a la isla donde vive Utnapishtim, que le reprende pos sus actos y le cuenta la historia de la creación del hombre, de las plagas por contrariar a los dioses haciendo "demasiado ruido", de la gran inundación y como Enki le visitó para ordenarle que construya un arca y la llenara de animales, semillas y su propia familia, pero le despide sin ayudarlo. Cuando se marcha, su esposa le pide que se apiade del rey, y este le dice que cierta planta en el fondo del mar no le dará la vida eterna, pero si que le rejuvenecerá. Gilgamesh consigue la planta, pero no fiándose de su efecto decide probarla en un anciano de Uruk. La fatalidad quiso que el rey dejase la planta en la orilla del lago mientras se baña, lo cual aprovecha una serpiente para comer la planta, tras lo cual cambia la piel, rejuveneciendo. El rey llora la perdida, y regresa a Uruk.
Abraham fue el primer patriarca del pueblo de Israel, que casualmente nació en Ur, una ciudad próxima a la desembocadura del río Tigris, y no muy lejos de la mismísima Uruk . Según la Biblia era descendiente del mismo Noé, y recibió el mensaje de que debía abandonar su tierra en busca de un lugar para los suyos. Trás un viaje en el que más de uno quiso beneficiarse a su señora, llegó a la tierra de Canaán, donde se estableció y surgieron los consabidos problemas con su sobrino Lot. Alguno se imaginará al cándido y bonachón de Abraham, viendo llegar a los invasores acadios, y pensando que era hora de ir a comprar tabaco, lo dijera dios o no. No faltarán mal pensados que asumirán que quizá Abraham estuviera molesto por su escaso don de lenguas, y la continua integración del lenguaje acadio en Ur, robándole protagonismo al sumerio. Quizá incluso los habrá que estén convencidos de que para el asustadizo de Abraham, esos templos en forma de pirámide o torre llamados Zigurats, suponían un agravio hacia Jehová, y que pensase que el origen de todos los males fuera Sargón I, el rey acadio. Es posible que algunos relacionen ciertas partes del Poema de Gilgamesh, con ciertos acontecimientos descritos en la Biblia, pero esto sería tanto como creer que, a Catalina la Grande, la mataron sus encuentros amorosos con un caballo.

jueves, 13 de enero de 2011

MALDITOS BASTARDOS

La editorial Marvel, esa que se ha convertido en un filón de personajes para el cine como Spiderman, Daredevil, los 4 fantásticos, Iron Man, el increíble Hulk o Thor, y que es propiedad de la factoría Disney desde hace algo más de un año, inició hace varias décadas una colección que, tras el nombre de “What If”, proponía al lector una serie de realidades alternativas sobre los más diversos personajes de la compañía, en las que, sus vidas y ellos mismos, variaban su discurrir hasta donde la caprichosa mente del guionista de turno le permitiera. "Que hubiera pasado sí"... "Spiderman fuera una mujer", "El Capitán América fuera elegido presidente" o "Conan luchara contra Thor", son algunos ejemplos de los variopintos argumentos que aquella colección proponía.
Hace bastantes años menos, Quentín Tarantino, filmaba una suerte de “what If” sobre la Segunda Guerra Mundial, donde un grupo de soldados americanos que respondían al nombre de "los Bastardos”, recibía inicialmente el encargo de acabar con militares alemanes y fomentar el miedo en el ejército invasor. Una vez logrado ese objetivo, através del teniente Archie Hicox, entran a formar parte de la operación Kino, un plan facilitado por una actriz alemana, Bridget von Hammersmark ,que espía para los británicos, y que pretende acabar con la práctica totalidad de la cúpula nazi. En la sombra Shoshanna, una joven cuya familia, el caza judíos Hans Landa, asesina en el glorioso primer capítulo, regenta un cine de París donde, finalmente, todas las historias acabaran convergiendo, en el estreno de una película, "El orgullo de la nación", y que contará con un invitado de honor, Adolf Hitler. Me abstendré de describir el final de "Malditos Bastardos", para evitar desvelar a quién no haya tenido la fortuna de disfrutarla, el disgusto consecuente, pero no me jugaría gran cosa por el éxito de Shoshanna y Aldo Raine, teniendo en cuenta la fortuna que acompañó al “cabo bohemio”, a la hora de salir indemne de todos los atentados que sufrió.
Sobre intentos de acabar con la vida del Führer, el cine también se ha hecho eco en visiones más históricas que la de Tarantino, por ejemplo “Valkiria” de Bryan Singer. La película describe los últimos intentos, en 1944, para acabar con Hitler llevados a cabo por una resistencia militar, que si bien en principio permitió los excesos del Canciller durante “La noche de los cuchillos largos”, gracias a un acuerdo implícito en el que el mandatario se abstendría de interferir en los asuntos internos del ejercito, no tardo en comprobar, tras la muerte de Hindenburgh, que las intenciones del líder nazi, se dirigían por caminos bien distintos.
Cuando a finales de 1937, Hitler hacía públicas sus intenciones de expansión, ciertos miembros de la cúpula militar, Blomberg y Fritsch, se mostraron contrarios a dichas ideas. Blomberg acabó dimitiendo cuando, Goering, descubrió que su segunda esposa había ejercido la prostitución. Fritsch fue relevado por “problemas de salud”, la Gestapo, a solicitud del mismo Goering, llevó a cabo un informe en el que se le acusaba de ser homosexual.
Ludwing Beck, Hans Oste o Carl-Heinrich von Stülpnagel, fueron algunos de los militares que se rebelaron contra esas decisiones y decidieron formar una resistencia interna, pero que carecía de la homogeneidad necesaria para poder llegar a ser lo suficientemente efectiva. En realidad, si no fuera por la cantidad de muertes que se produjeron tras la pusilanimidad de unos y la locura de los otros, la cosa nos ha dejado algunas situaciones realmente ridículas. Como cuando Beck propuso a los generales una dimisión colectiva, y solo la presentó él, cuando von Manstein respondió indignado que “los Mariscales de campo prusianos no se amotinan”, o cuando uno de los primeros conjurados, Witzleben, se marcho a su casa indignado diciendo: “este golpe de estado es un asco”.
Uno tras otro, los planes de dicha resistencia, fueron fallando por todo tipo de casualidades que siempre favorecieron al afortunado Führer, pero en algo si tuvieron una gran clarividencia, el lugar donde se debía recluir al líder nazi: un centro psiquiátrico. Si bien estos parecerían los intentos más serios para acabar con la vida o el poder de Hitler, lo cierto es que uno tiene una especial debilidad por el intento en solitario de Georg Elser. No es que este fuera el único, Maurice Bavaud, un suizo ultra católico y anticomunista, que consideraba al Führer un neopagano demasiado débil con respecto a Stalin, llevó a cabo su propio intento, pero este fue tan poco interesante como la propia historia de Maurice que, salvo por su intento de acabar con Hitler, bien podría haberse hecho misionero, como era su intención.
El intento de Elser fue muy distinto. Georg, un carpintero de Suabia, creía que la política del gobierno perjudicaba a la clase obrera, y temía que la política expansionista del Führer, acabará por provocar una nueva Guerra Mundial. Con esa idea, Elser, con una minuciosidad y cautela sorprendentes, viajo hasta Berlín para ser testigo de cómo Hitler y sus viejos camaradas asistían a la cervecería Burgerbrau de Munich, para conmemorar el fallido golpe de estado de 1923. El carpintero fue testigo del discurso de Hitler, y tomó buena nota del horario y el lugar, llegando a la conclusión de que aquel debía ser el lugar donde llevara a cabo su atentado. Se fijó en que, tras el estrado donde el líder del NSDAP daba su discurso, había una columna donde se podía esconder una bomba de relojería, y que además, dicha columna, sostenía una galería que, al desplomarse, acabaría con Hitler si la explosión no lo hacía. Tan convencido de ello que, diez meses después, regresó a Munich, con sus herramientas, dispuesto a llevar a cabo su plan. Primero trato de encontrar trabajo en la cervecería, y al no poder lograrlo, empezó a ir a cenar todos los días, tras lo cual, escondiéndose en un escobero o en el salón de actos, esperaba a que se cerrara el local para iniciar su trabajo. Durante la noche realizaba un hueco en la columna donde pretendía esconder la bomba, tapándolo para no ser descubierto antes de la llegada de los primeros empelados, momento que aprovechaba para abandonar la cervecería. Finalmente llego el gran día, era el 8 de Noviembre de 1939. Alemania llevaba 2 meses en guerra, y Hitler planeaba invadir Francia, por lo que, sin que Georg se enterase, había anunciado que no acudiría a la celebración, y que sería sustituido por Rudolf Hess. Finalmente, para no levantar sospechas sobre sus intenciones, decidió acudir al evento, pero modificando el horario y así poder volver pronto a Berlín para continuar con la planificación. Elser, ajeno a esos cambios, continuó con su plan tal como lo había previsto. La bomba estallaría a la 21:20, mientras el cruzaba la frontera suiza en tren. Al “cabo bohemio”, que había adelantado en media hora el inicio habitual a su discurso, le volvió a sonreír la fortuna, ya que cuando la bomba explosionó, se encontraba en la estación de tren a punto de salir hacia Berlín.
La fortuna adversa, fue para Georg Elser, cuyas previsiones resultaron cambiar en los momentos cruciales. Casi cuando estaba llegando a la frontera con Suiza, donde anteriormente no había casi controles, el estallido de la guerra lo había cambiado todo. Interrogado por dos agentes, Elser, no resulto muy convincente, y tras ser registrado y habiéndole encontrado una serie de objetos incriminatorios, fue puesto a disposición de la Gestapo. El gobierno nazi lo presento como la mano ejecutora de una conspiración orquestada por británicos y soviéticos, y fue llevado a un campo de concentración hasta que, casi al final de la guerra, fue ejecutado por orden de Himmler.
Lo que nunca supo Elser, es que su atentado abortó un golpe militar que se pretendía llevar acabo días después, pero conociendo a los implicados, me apuesto todo lo que tengo a que al bueno de Erwin von Wiztleben, no le faltarían motivos para pensar que “aquel Putsch era un asco”.